miércoles, 29 de febrero de 2012

Veinte años del Ballet Folclórico de Antioquia

*Artículo publicado en la Revista Música en el 2010

"Dicen que cada persona que muere, se lleva consigo sus sueños. Si de eso se tratara siempre, este sueño no será lo que es hoy"

El Ballet Folclórico de Antioquia nació hace veinte años en la mente de un hombre que se atrevió a crear. Albeiro Roldán Penagos, nació en el barrio Manrique y desde muy pequeño demostró grandes capacidades artísticas. Él es fundador de un proyecto pionero en Colombia en cuánto a propuestas culturales se refiere.

En 1990 Albeiro, decidió unir sus dos grupos de danza para conformar TipBallet, predecesor de lo que es ahora el Ballet Folclórico de Antioquia. Después de una visita a algunos grupos de danza profesional de Venezuela, éste soñador definió las características que tendría su compañía. Al llegar, no demoró en fundar la Corporación Ballet Folclórico de Antioquia que se lanzó oficialmente el 28 y 29 de Agosto de 1991 en el Teatro Metropolitano, con el que fue su primer espectáculo “Baila Colombia”

Empezar un proyecto con aspiraciones tan grandes como las de Albeiro, requiere una cantidad de recursos con los que no contaban. El grupo, ensayó por un tiempo en la terraza de su casa de en Manrique y luego llegaron a los gimnasios El Diamante y Laureles, donde les facilitaron por un espacio para las prácticas. El problema radicaba en que, al no ser un espacio propio, eran susceptibles a que dispusieran de éstos y dejaran al Ballet sin un lugar en donde trabajar. "Tenemos que conseguir una sede" repetían de los bailarines, que Albeiro alentaba sin cesar. Él no tenía dinero, pero creía en el poder de las palabras.

Encontraron una casa desocupada en la calle 50, la segunda antes de llegar a la esquina de la carrera 72 en el barrio Prado Centro de Medellín. Tan grande como el resto de las casas del sector. Era necesario hacer algunas adecuaciones que entre todos realizaron con limitaciones, pues no les alcanzó para hacer lo que hubieran querido y necesitado, pero al menos tenían un espacio propio donde ensayar y establecer una oficina. Dos años después, en 1994, compraron la casa vecina, que les permitió tener el espacio que hasta hoy es la sede principal del Ballet.

Para llevar a cabo sus espectáculos tuvieron que enfrentar toda serie de dificultades, trabajaron día y noche, pintaron, cosieron, fabricaron escenografías y obviamente, aportaron al desarrollo coreográfico que lideraba Albeiro. Gracias a la pasión que exteriorizaba por su idea y el convencimiento sobre el futuro de su sueño, logró que esa credibilidad fuera transmitida a todos los que lo rodeaban. Juntos construyeron los peldaños que se convirtieron en los cimientos para todo el proyecto cultural.

Paralelo a la adquisición de la nueva sede, en Albeiro empezó a crecer la idea de compartir el amor por la danza, que lo llevó a crear una escuela para niños desde los niveles iniciales. Así fue como nació el Centro de Formación en Danza, fundamentada en la Danza Tradicional y el Ballet Clásico.

El sueño siguió creciendo y en 1996 el elenco principal del Ballet tuvo la oportunidad de participar en un festival de danza en Francia. En su clausura realizaron un montaje con los bailarines de todos los países y Albeiro fue escogido para coordinar ésta puesta en escena. Con él a bordo, hicieron algunas giras donde fueron merecedores de reconocimientos muy interesantes por su participación. Las puertas del mundo se abrieron para ellos, haciendo que estuvieran cada vez más cerca de la que siempre fue y será su consigna: “Entregarle a Colombia, el mejor ballet del mundo”.

Sueños rotos

El 4 de julio de 1997, la intolerancia golpeó a ese hombre que no había hecho más que trabajar por el arte. Albeiro fue encontrado asesinado en su apartamento. ¿Cómo superar la muerte de quién había sido el gestor de una gran sueño y que además lo dirigía? Cómo huérfanos, los bailarines se reunieron para decidir su destino, pensando en principio, que sin la energía de Albeiro, todo se acabaría. Una semana después del asesinato de su fundador, el ballet realizó una gira que tenía programada en Panamá; en parte, como preparación a esas dificultades que siempre tendrían que enfrentar y resolver, y principalmente, para perpetuar el sueño que ese hombre creador, trajo a su propia vida y a su entorno. Debieron reorganizar las tareas que estaban conjugadas sólo en él y empezaron a crecer los diferentes departamentos, haciendo que el ballet se consolidara poco a poco como una empresa cultural. Julián Hincapié, quién fue bailarín del elenco, se convirtió en la nueva cabeza de la entidad. Un año después de la muerte de su director, en 1998, el Ballet Folclórico ganó la medalla de oro en Dijon, Francia, como mejor grupo internacional en la categoría de “Folclor Estilizado” lograron ser los mejores, algo que su fundador había idealizado, pero que siendo su mejor sueño, no pudo ver hecho realidad.

De Albeiro Roldán se escuchan aún los ecos de su risa. En el ballet se siente su presencia y su energía se encontrará siempre en cada rincón de la que fue su casa. Está presente en el ritmo de los tambores y en muchas de las coreografías que todavía conservan sus primeras ideas.

Dejando en alto el nombre de Colombia en el mundo


Siguiendo con la reestructuración, en el 2001, Zuleima Asprilla, presentó una propuesta administrativa al Ballet, después de haber bailado en la compañía por 10 años. La idea de ser los mejores, quedó grabada en la mente de Zuleima, cuyo propósito ha sido trabajar por ese sueño desde hace 20 años.

“El sostener una compañía de alto nivel, requiere varias cosas, estructurar la compañía como una empresa cultural, con un objetivo clave: La profesionalización de la danza en Medellín y el seguir siendo embajadores culturales del país ante el mundo”.

Sus más importantes logros entre muchos, son el haber sido invitados a los Juegos Olímpicos en China, porque “Fue como ganarse la medalla olímpica en cultura” dice Mauricio Aristizábal, director artístico del Ballet. Su gira en Japón también fue importante, pues se sienten orgullosos de traspasar las fronteras más allá de lo que alguna vez imaginaron; y su presencia en los eventos de ciudad importantes para el país, como la clausura de los Juegos Suramericanos del 2010, les han permitido mantenerse posicionados en el medio.

Del Centro de Formación, hace parte el portafolio de servicios educativos que tiene distintas opciones basadas en líneas de Formación, Recreación y Profesionalización y del mismo centro, hacen parte también los elencos juvenil e infantil.

La Compañía está conformada por el primer y segundo elenco, encargados de realizar los majestuosos espectáculos que le han dado la vuelta al mundo con 4 montajes maravillosos: “Colombia Viva”, “Con Sabor Latino”, “Colombia Fiesta y Carnaval” y “Ven a Medellín”, montaje que estrenaron el año pasado y que contiene una propuesta más moderna y contemporánea que decidieron mostrarle a su público con el fin de que sepan que el Ballet tiene un abanico de posibilidades aparte de las folclóricas. Imago es la compañía de danza contemporánea del Ballet, proyecto en el mismo camino de diversificar la escuela. Y Tierradentro, la cuota musical de todo ésta empresa cultural que nació en 1996 y que desde entonces ha acompañado al ballet en sus espectáculos. Además de eso, Tierradentro es un grupo independiente del ballet que tiene dos trabajos discográficos, “Se quiere desbarata…” y “Rumba Colombiana”, proyecto ganador de las becas de creación de la Alcaldía de Medellín. Actualmente se encuentran desarrollando su tercera producción, donde seguirán explorando la fusión del folclor colombiano con otros géneros musicales.

La marca Ballet Folclórico de Antioquia, seguirá existiendo siempre, pues se ha consolidado y posicionado en el país, razón por la cual ha tenido éxito independientemente de lo que proponga. Su objetivo, es ampliar la marca, para que cobije otras marcas distintas, que le permita internacionalizarse más desde su nombre, dando a entender que no sólo son folclor y que no sólo son de Antioquia.

Ahora mismo, la familia Ballet Folclórico de Antioquia, está terminando un quinquenio que empezó en el 2002, así que ya están realizando todas las proyecciones de los próximos 5 años y dándose la licencia para soñar, tal cómo su fundador les enseñó.

Y Seguirán soñando

En poco tiempo, tendrán un espacio maravilloso que ya están acondicionando en el Poblado adicional a la casa de Prado, donde crearán un conservatorio de danza. Quieren ser unos especialistas en el tema y ser un lugar que genere intercambios con estudiantes y docentes de danza de otros países. Sueñan con que Medellín haga parte del circuito internacional de danza y que sea cuna de las artes escénicas en la ciudad y de bailarines profesionales; a largo plazo, quieren organizar un Festival Internacional de Danza y World Music; y planean seguir fortaleciendo el ballet internacionalmente, para ser una de las mejores compañías del mundo.

Después de veinte años de trabajo continuo, no nos queda más, que hacer un homenaje al Ballet Folclórico de Antioquia y al espacio que le regalaron a nuestra ciudad. Un espacio que le aporta a la calidad de vida de los artistas, una escuela que le enseña a la sociedad todo el quehacer cultural de nuestro país y que rescata, fortalece y proyecta las identidades culturales colombianas. Su historia, se ha construido con el sudor, la valentía y con la energía colectiva de quiénes quieren y disfrutan de la danza. Y lo más importante, un homenaje para un fundador y una escuela, que nos enseñó y que nos ratifica cada día, que no nos cuesta nada soñar.

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