miércoles, 29 de febrero de 2012

Con-Fusiones Vol. I


*Artículo publicado para la Revista Música en el 2010.

América Latina es un continente fusionado. Culturalmente somos hijos del mestizaje entre europeos, indígenas y africanos. Somos producto de la mezcla de sus diferentes lenguas, razas, culturas, religiones… y de músicas que se han encontrado para dar origen a las fusiones que hoy conocemos. Delimitaremos las fusiones de la Música Colombiana en la historia moderna y de como gastados discursos sobre multiculturalidad y globalización han influido en la rearticulación de la idea de lo nacional en nuestra música.

Big Band con sabor colombiano.

Las músicas que se han fusionado son las que evolucionan en el tiempo y un claro ejemplo de ésto lo encontramos en los años 50 en Colombia, cuando se dio un fenómeno de gran importancia en la historia de nuestra música: ritmos tradicionales como el bolero, el porro y la cumbia, fueron popularizados gracias a una orquesta de música colombiana con formato Big Band, de las mismas que eran famosas en New York.

A diferencia de las Big Band de Jazz americanas, la orquesta de “Lucho” Bermúdez, tenía una influencia notoria de bandas tradicionales y gaitas, pero fusionada con instrumentos orquestales como el saxofón, trompeta, trombón, batería, bajo y piano, además tenía un conguero, tres cantantes y un clarinetista: el mismo Bermúdez. Un instrumento como el clarinete que comúnmente es de la orquesta sinfónica, el maestro Bermúdez logró introducirlo en la orquesta tropical y popularizarlo.

Lucho Bermúdez con su orquesta, redescubrió en un formato grande la música colombiana, su sonido contundente que llena cualquier espacio, alcanzó un discurso musical completo y adelantado para su época. Hubo otros músicos como él, que también aportaron a ese desarrollo: Pacho Galán, la Orquesta Sonolux y la Orquesta de los Martelo, son otros ejemplos del modelo comercial que imperó en todo el mundo. Nadie como Lucho Bermúdez -compositor, arreglista, director e intérprete- logró un reconocimiento internacional, en aquel momento inalcanzable para la mayoría de los músicos del país. Desde entonces, la música colombiana no ha parado de madurar, innovar y transformarse. Desde los años 50, empieza nuestro recorrido por los diversos encuentros musicales en Colombia[1].

Los pioneros

“La Columna de Fuego”, es el nombre del grupo que en 1972 lanzó un sencillo en el que se experimentaba con las posibilidades de la música folclórica colombiana en el rock. Roberto Fiorilli (Batería), Jaime Rodríguez (Guitarra) y Marco Giraldo (Bajo) fueron los pioneros de ésta fusión, cuyas composiciones tenían una forma abierta, improvisación ácida y solos extensos. Gracias al encuentro con el investigador Esteban Cabezas, el grupo inició un periodo de exploración de las músicas afro-colombianas, introduciendo la rítmica y melódica del pacífico en su propuesta musical y logrando las primeras apropiaciones de las músicas regionales por parte de los rockeros bogotanos.

Después de recorrer importantes escenarios del país y de ampliar el formato de la banda a siete músicos, realizaron una gira en Europa con Leonor Gonzáles Mina, “la Negra Grande de Colombia”.

Mario Galeano[2] investigador del proyecto de La Columna, opina que la exploración realizada este grupo anticipó en décadas la tendencia que caracteriza el actual momento de la música nacional. Luego de eso, llegaron veinte años de sedentarismo musical en Colombia, en la cual no hubo experimentos y depuraciones musicales alrededor de la unión de lo local y lo global. Sin ese bache, tal vez las cosas hubieran sido similares a la investigación que realizaron los músicos brasileros en esa misma época y que ahora nos llevan años de reconocimiento de su propia música.

De vuelta a la Tierra del Olvido

Para Octavio Paz[3]La ruptura es un cambio en el horizonte -estético, eidético- hecho por la negación de la tradición y que lleva una nueva propuesta, que puede ser una invención nunca antes imaginada, lo milenario, se presenta como resurrección de civilizaciones desaparecidas”.

Los 90 son los años de la globalización, en la economía mundial llega el llamado Neoliberalismo, y aparece el Internet que permite en mayor medida este fenómeno. En Colombia se promulgó la Constitución de 1991, dónde se declaró un país pluricultural y diverso. A finales del año 1993 Colombia pasaba por un momento de entusiasmo algo inusual. El Capo, Pablo Escobar, había caído e incluso el fútbol pasaba por un momento de euforia: la selección Colombiana derrotaba a la Argentina 5-0 en Buenos Aires y era una de las favoritas para ganar el mundial de 1994.

En este contexto, el complejo de inferioridad que caracterizaba a los colombianos, empezó a quedar atrás y un fervoroso sentido de pertenencia y nacionalismo invadió a los ciudadanos.[4]

En todos los ritmos empezó a darse ese fenómeno de globalización y la fusión empezó a ser más común al tenerse la información suficiente para hacerlo. Los conservatorios y academias en el mundo empezaron a darle importancia a las músicas tradicionales y el cansancio por buscar fórmulas en la música extranjera, originó una búsqueda por un sonido propio.

Particularmente, en el rock en español surge la necesidad de tomar elementos locales para poder lograr una comunicación más amplia, y no fue sino hasta el año 1995 que éste género fusionado con la música colombiana, renace con más fuerza que nunca. “La Tierra del Olvido” es la producción considerada uno de los más importantes puntos de giro en la historia de nuestra música. No era un grupo folclórico, era una banda con guitarra, bajo, batería, teclados, pero también con caja, gaita, acordeón y guacharaca, liderada por Carlos Vives, cantautor colombiano que encabezó este movimiento. Con él nació una corriente de músicos como Ernesto “Teto” Ocampo e Iván Benavides que aceleraron el proceso del movimiento. El mismo Iván[5] opina que La tierra del olvido, defendió la independencia y muchas de sus canciones tuvieron manifiestos estéticos, innovaron en armonía, letras y la fusión entre instrumentos actuales y tradicionales, modernizando el lenguaje del vallenato. Carlos Vives no exploró la música externa para encontrar su propio sonido, exploró en el vallenato todas esas conexiones con lo externo y en “Algo tan pequeño y tan local como el vallenato conoció todo un universo” manifestaba frecuentemente[6]

Vives, es considerado también el padre del Tropipop, un género en el que influye tardíamente pues tiene una diferencia de casi 10 años desde su aparición. El Tropipop, a diferencia del trabajo realizado por él, es producto de una búsqueda más comercial, que como fórmula, corre el riesgo de fracasar. Músicos como Jerau, Fonseca y Fanny Lú, son los nuevos abanderados de este género que comercialmente pisa fuerte, pero que tiene un indeterminado futuro.

Más Con- fusiones

Según varios de los entrevistados para este artículo, debemos aclarar que el término “Fusión” debe utilizarse lo menos posible, ya que según ellos, alude a muchos tipos de fusiones, incluso distintas a las musicales. Plantean la necesidad de acuñarle un término diferente a toda nuestra música, para darle más proyección nacional e internacional. Y buscan promover que cada grupo nombre su fusión, como si fuera un género nuevo, dándole mayor especificidad.

Son incontables la cantidad de encuentros con la música colombiana que han surgido desde los 90, así que en éste artículo sólo abarcaremos dos: La nueva música tropical colombiana y el Jazz colombiano.

En los 90 los músicos del país se ven en la necesidad de hacer un análisis desde lo académico de la música colombiana. Estudiantes de los más importantes conservatorios del país, empiezan a viajar a los diferentes Festivales de música tradicional para conocer las raíces de la misma. Con ese conocimiento, deciden aventurarse a realizar fusiones con nuestra música propia y con algo de Rock y Jazz. De ésta escuela, surge el primer músico colombiano que tiene una discografía de Jazz completa: Antonio Arnedo.

Jazz a lo colombiano

Antonio Arnedo, saxofonista y compositor bogotano, tomó como punto de partida la música colombiana y la fusionó con Jazz; Arnedo componía utilizando la célula rítmica del folclor y dándole forma de standard. Fue tan avanzado su trabajo dentro del contexto colombiano, que sus discos eran estudiados en las universidades y conservatorios del país, dónde intentaban descifrar el experimento de Arnedo.

Después de Arnedo, son muchos los grupos que han investigado y creado nuevas cosas alrededor de este género musical. El Jazz Colombiano, es una fusión de Jazz contemporáneo y neoclásico con música del caribe y música de los andes. Rítmicamente el Jazz colombiano toma de Colombia los ritmos Andinos como el pasillo y el bambuco y ritmos de la costa Caribe como la cumbia y el porro. La música de los Andes en su mayoría es ternaria, el pasillo por ejemplo es ¾. Por otra parte, del Jazz se toman instrumentos como la Batería, el bajo y el saxofón y algunos conceptos y armonías que siempre rompen con lo establecido.

Las formas del Jazz Colombiano se apegan mucho a las que originalmente tienen los ritmos andinos, el Pasillo y el bambuco tiene por ejemplo forma AABC, AABBCC, ABC. Y en cuánto a formas, el Jazz, que tiene un lenguaje más intelectual, posee muchas estructuras que también le aportan a la fusión.

La armonía difícilmente puede determinarse, pero la más utilizada es la armonía Jazz y de la música contemporánea del Sigo XXI, ya que muchos de los compositores de ésta fusión hacen parte de esa escuela.

La música andina tiene estructuras más estrictas, las melodías tienen que tener los acentos de los ritmos siempre y si algo de la estructura es eliminado, puede perder todo sentido. Ésto acerca a esos géneros a la desaparición ya que por su gran dificultad son cada vez más pocos los intérpretes.

No son muchos los grupos en Colombia que trabajan con ésta fusión, aunque poco a poco se ha ido popularizando entre los músicos. En Medellín el grupo Puerto Candelaria y en Bogotá La Distritofónica, están conformados por músicos que realizan trabajos muy arriesgados; Éste último, fusiona Free Jazz con Música Colombiana y sus composiciones son muy interesantes artística y estéticamente.

A pesar de que el Jazz Colombiano es consumido por muy pocas personas, en el país, los festivales de Jazz que se realizan y el Festival Mono Núñez, son escenarios que le han abierto un espacio a éstos proyectos de exploración musical.[7]

Nueva Música Tropical

El elemento común de la Nueva Música Tropical Colombiana es la Cumbia. Cada fusión utiliza ese ingrediente de acuerdo a lo que necesita, puede tomarlo muy tradicional o más actual. El elemento externo con el que se fusiona es el Rock, que incluye todas las músicas nuevas del mundo, no tiene que sonar a rock, pero el hecho de que utilice instrumentos desarrollados en el Rock como la batería o el bajo eléctrico ya lo fusiona con este género. El hip hop con el rap y la salsa como elemento tropical que une a toda Latinoamérica (en cada país se hace de diferentes formas) y el Jazz con sus armonías, también hace parte de esos elementos que varía en cantidades pero que están presentes en la gran mayoría de proyectos de ésta fusión.

La célula rítmica es el ritmo lento y cadencioso de la cumbia. El porro del pacífico también se utiliza, ya que su papel se está redescubriendo y tomando fuerza, y otros ritmos populares como la champeta, que es una adaptación del Soukous, un ritmo africano, es utilizado también en gran medida.

La forma de éstas fusiones tienden ha estandarizarse mucho, la nueva música tropical, se han apropiado de las formas responsoriales de la música negra, formas circulares de la música electrónica y en su gran mayoría de la estructura de la salsa que se desarrolla de la siguiente manera: Introducción, 2 o 4 estrofas, puente, coro, mambo o pasaje melódico y coro. Además utilizan el lenguaje del jazz para improvisar y crear armonías interesantes. En su mayoría, esa armonía es modal, osea dominante o dórico, como al cumbia y la música más tradicional. Se utiliza tónica y dominante como parte de la herencia europea y hay una tendencia a utilizar el tono menor, pues tiene más drama y color y es más usada en Latinoamérica.

En las melodías hay unas mezclas más complejas, Pop con melodías tradicionales y el rap es incluido casi obligatoriamente. La melodía es lo más profundo de cada región, entonces depende mucho del lugar en donde se produzca.

Con respecto a las letras “Hay una tendencia a no decir nada” A veces por miedo. Hay mucha exaltación a la vanidad y los grupos que se atreven a decir algo muchas veces hacen parte de una escena alternativa donde no tienen que confrontarse ni ante medios ni entidades públicas. Además hay mucha censura en Colombia, así que quiénes se atreven a escribir, son censurados en el medio. Por otro lado, también hay una tendencia a volver todo muy rosado, como si todo estuviera bien. Estamos más bien en un momento de lo circular, que incita a escuchar la música y al baile.

Los grupos más característicos de éste género actualmente son: Sidestepper, La Mojarra Eléctrica, Systema Solar, Choquibtown, Superlitio, Bomba Estéreo, el Frente Cumbiero y La República.

Tanto el Jazz Colombiano como la Nueva Música Tropical Colombiana, hacen parte la la escena alternativa de nuestro país, donde son pocas las entidades que los apoyan económicamente y pocos los medios que los difunden. El Internet se ha convertido en el principal canal de difusión de éstos grupos, donde han abiertos nichos de un público cada vez más interesado en éste panorama alternativo.[8]



[1] Información suministrada por los músicos Juan Fernando Giraldo, Juan Diego Valencia y los periodistas Juan Carlos Mazo y Juan Carlos Garay.

[2] Compositor del Conservatorio de Rotterdam, profesor de la Universidad Javeriana y director de “El Frente Cumbiero”.

[3] “La tradición de la ruptura” Octavio Paz. Poeta, escritor, ensayista y diplomático mexicano, premio Nobel de Literatura.

[4] Juan Carlos Garay, Crítico musical y novelista.

[5] Iván Benavides, Autor, compositor, productor colombiano.

[6] Entrevista realizada por la revista Gatopardo en el año 2009.

[7] Información otorgada por Juan Diego Valencia, director del grupo Puerto Candelaria.

[8] Información proporcionada por Juancho Valencia, Jacobo Vélez e Iván Benavides en entrevistas realizadas.

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